Adoraba la complicidad de aquel lugar, todo lo que le trasmitia y le hacia sentir, alejándola de la realidad del mundo. Libre e infinita, veia como los colores del otoño se fundía con una técnica soberbia, digna del mejor pintor, la naturaleza.
Se perdía en el olor de la madera que quema las chimeneas de las diminutas casa que veía a lo lejos...
Querida por muchos y odiada por otros era raro que dejase indiferente a alguien; ella nunca se sintió especial por su físico o por todo aquello material que llevaba consigo, pero desde pequeña se sintió especial por la manera ne la que sentía y veía el mundo.
Hace tiempo que se encontraba en calma con ella misma, su alma y su corazón se habían convertido en un principio de madurez muy interesante. De hecho cuando él la conoció no era ya ni una sombra de lo que había sido, apenas le quedaban miedos y no debia nada a nadie...a veces su fortaleza asustaba.
Cubría con kilos de seguridad todos esos sentimientos que le hacían vulnerable a algo o a alguien, sentir le hacía sentirse débil, y odiaba ser débil.
El último hombre que pasó por sus brazos y por sus piernas le dijo que no era guapa, pero que era un ser tremendamente atractivo y morboso, lleno de virtudes que asustaban y atraían al mismo tiempo, fruto de una deliciosa contradicción.
Cuando él la conoció enseguida se perdió en sus ojos, y en esa eterna sonrisa que la caracterizaba; poco sabía de ella, pero el misterio le atraía poderosamente, haciéndo que el inocente sentimiento de indiferencia que debía sentir por la condición que poseía se convirtiese en un deseo mayor que ninguna droga.
A menudo respiraba hondo repitiéndose que a su edad y con su posición no podía permitirse el lujo de perder la cabeza por aquella niña, no ya tan niña. A menudo se descubría pensando en lo que no se habían dicho y perdiéndose en los besos que no se dieron; aunque maduro conocedor de la vida, ella siempre le sorprendia con alguna enseñanza filosófica que sacaba de su alma reflexiva, inquieta permanentemente.
Que dirian sus colegas si apareciese con ella en la fiesta? o en la oficina? y sobre todo, que podia atraerle de él a aquella ninfa de ojos inmensos como la noche y pelo sedoso como olas de mar?
Solo en la complicidad del coche, mientras conducía a su casa y en compañía de los Rolling se permitía dejar volar su imaginación.Porque sera que imposible y prohibido son palabras que conllevan un "no hacer" pero que incitan a nuestra alma a contradecir su significado?
...continuará
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