el maestro era cualquier cosa menos ampuloso
siempre que hablaba provocaba enormes y alegres caracajadas
para la consternación de quienes se tomaban demasiado en sertio la espiritualidad
y a sí mismos
al observarlo, un visitante comentó decepcionado:
este hombre es un payaso!!
nada de eso, le replicó un discípulo
no ha comprendido usted ni una palabra:
un payado hace que te rías de él
un maestro hace que te rías de tí mismo
Anthony de mello, un minuto para el absurdo
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