A pesar de ser primavera el tiempo es peor que en el invierno... pero siempre me gustaron los días grises, me ponen reflexiva.
Me siento serena, continuo estudiando casi mejor que antes, con una relajación antes om conocida e incluso más segura de mí misma; es la tranquilidad que te dano depositar tu vida en un fin, sino pensar que si no se realiza te vas a Canadá a vivir y a ser lo que puedas hasta que encuentres tu lugar en el mundo.
Porque no quiero hacerme vieja y mirar atrás pensando que no aproveché la vida, que no viví y que no disfruté de todo lo que se me daba. De eso hablábamos mi madre y yo ayer en el coche, me decía como ahora a los cincuenta y tantos se daba cuenta del tiempo que había perdido en cosas inútiles, en cabreos, en rencores, en espera, luchas o en no saber aprovechar un viaje, en vencer un miedo, en sacar partido a su belleza para que la atendieran más rápido en la tienda...
Si miro a mi alrededor sólo hay felicidad, tengo unos amigos estupendos, pocos, pero geniales,una familia que no tiene precio y un novio inreible; no se si mañana seguiremos juntos y no se si después de este año juntos todo cambiará pero podría pasar el resto de mis días a su lado.
Cuando todo se relativiza, cuando las cosas tienen la importancia que requierennimas ni menos se es más feliz. Las metas están bien pero en el fondo son las que nos ponemos no las que van a determinar una vida feliz; eso es más una cuestión de actitud.
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